Las dos formas más comunes en las que una propiedad o bien pueden convertirse en un edicto de subasta son:

  1. La propiedad haya sido dada en garantía sobre un préstamo o financiamiento.
  2. Una persona y/o empresa haya perdido un pleito legal en el que se haya dictado una sentencia monetaria en su contra. Si la persona y/o empresa no cuenta con los recursos para pagarla, entonces la parte demandante tiene derecho a llevar un proceso contra los bienes de la parte demandada a través de la corte para así liquidar y poder sufragar la deuda que se le debe. El bien es liquidado en subasta para sufragar/pagar una deuda.

Es importante comprender que el proceso que culmina en el edicto de subasta y eventualmente en la venta judicial, surge de una demanda en la mayoría de los casos.

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